Realizado por Marina Martínez Gil. Estudiante del Doble Grado de Relaciones Internacionales y Periodismo

Durante toda mi estancia en Países Bajos, he viajado habitualmente en autobús a los estados vecinos, tanto a Bélgica como a Alemania. Estos tres países son miembros de la Unión Europea y forman parte del Espacio Schengen, el área de libre circulación conformada por 29 estados europeos. El Acuerdo Schengen está en vigor desde 1995 y su territorio comprendido ha eliminado los controles en las fronteras comunes, por lo que no es necesario que los ciudadanos europeos mostremos nuestra documentación para cruzar a otro país por carretera.
El espacio de circulación libre lleva décadas asentado en el continente europeo y su limitación no parecía atisbarse. Sin embargo, en el último año varios países han dado marcha atrás y están restringiendo sus efectos. El pacto permite a un Estado Schengen imponer controles fronterizos excepcionales, durante un periodo de tiempo determinado, si considera que existe una amenaza grave para la seguridad nacional o el orden público de su país.
A este derecho se acogió Alemania en primer lugar y, posteriormente, Países Bajos. Desde el 9 de diciembre de 2024, el gobierno neerlandés ha introducido controles adicionales en los pasos fronterizos terrestres y en los aeropuertos «en relación con vuelos específicos en los que exista riesgo de inmigración irregular o delincuencia transfronteriza». Su principal argumentación es la vigilancia de los flujos migratorios irregulares.
En mi experiencia, estaba viajando en autobús desde Maastricht, en Países Bajos, hasta Colonia, en Alemania, y en la ciudad fronteriza de Aquisgrán, la policía alemana detuvo el transporte. Subieron dos agentes al interior del vehículo y revisaron la documentación de todos los pasajeros. Recuerdo que un señor se vio obligado a bajar del autobús ya que no disponía de ningún documento que acreditase su nacionalidad europea o su estancia legal en el país. Esta situación tan solo es un ejemplo del giro anti migratorio del país holandés tras la conformación del nuevo gobierno, el primero que incluye a la extrema derecha.
En julio de 2024, una coalición de partidos de centro, derecha y extrema derecha logró su investidura. Más de medio año han tardado en alcanzar un acuerdo gubernamental, tras la celebración de las elecciones en noviembre de año anterior. El vencedor de los comicios fue el partido de ultraderecha PVV, de Geert Wilders. Sin embargo, su líder no ha llegado a ser el primer ministro del país, ya que el resto de partidos de la coalición le rechazaron por su extrema postura anti migratoria. Igualmente fueron descartados otros tres candidatos propuestos, hasta que los cuatro partidos del gobierno acordaron la investidura de Dick Schoof, antiguo jefe de los servicios secretos holandeses.
El nuevo ejecutivo lo conforman, además de PVV, el Movimiento Ciudadanos Campesino BBB, de derecha, el partido de centroderecha VVD y Nuevo Contrato Social, un partido de centro recién creado. A pesar de que Wilders no forme parte oficialmente del Gobierno, continúa teniendo gran influencia en las políticas gubernamentales y es significativo que su grupo político ostente la cartera de Asilo y Migración, así como la de Comercio Exterior y Cooperación al Desarrollo. Desde estos ministerios y otros tres más pertenecientes a su partido, va a poder desarrollar sus políticas extremistas y ya ha comenzado con su proyecto antimigratorio.
Tras el nombramiento de la coalición, el gabinete de ministros anunció que iban a poner en marcha “el régimen de asilo más estricto jamás aprobado”. En la presentación de su programa político, señalaron a la inmigración como los responsables de los cambios demográficos del país y les culparon de ejercer “una enorme presión sobre el mercado inmobiliario, la atención médica y la educación, además de influir en la cohesión social y la seguridad».
La nueva ministra de Asilo y Migración, Marjolein Faber, reflejó la visión del ejecutivo de esta manera: «Necesitamos cambiar de rumbo y reducir la afluencia de inmediato. Estamos tomando medidas para hacer que Países Bajos sea lo menos atractivo posible para los solicitantes de asilo. No hay lugar para quienes abusen de nuestra hospitalidad. Voy a por un Países Bajos más seguro”.
Ya ha comenzado a desarrollar su proyecto y el ejecutivo ha acordado una serie de medidas restrictivas sobre el estatus de los refugiados y los derechos de los inmigrantes. Ha suprimido el permiso de asilo indefinido y ha reducido de cinco a tres años el asilo de carácter temporal. Además, los municipios ya no tendrán la obligación de proporcionar alojamiento a los migrantes que lleguen al país, así como ha suprimido el derecho a la reunificación familiar para los hijos mayores de edad y las parejas de hecho.
También pretende aumentar las expulsiones de refugiados, para ello va a declarar “zonas seguras” ciertos territorios de Siria, por lo que los ciudadanos procedentes de esos lugares podrán ser devueltos a su país de origen. Y los inmigrantes que hayan sido condenados por los tribunales holandeses podrán ser declarados “inadecuados” para vivir en el país, lo que facilitará su expulsión.
Asimismo, la nueva regulación migratoria contradice la normativa internacional, pues limita a 200 los refugiados anuales que llegan al país a través del programa de Naciones Unidas, que establece la cifra en 500 personas. En esta misma línea, el primer ministro Dick Schoof anunció su intención de solicitar una cláusula de exclusión voluntaria del Pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea.
Esta normativa europea, aprobada recientemente tras más de cuatro años de negociaciones, compromete a los Estados Miembros a un sistema de “solidaridad obligatoria” en el reparto de los solicitantes de asilo. Este pacto impone a los países europeos la acogida de un número determinado de migrantes o el pago de una cantidad de dinero por persona a cambio de que no sea dirigido a su país. No obstante, no parece que Países Bajos vaya a lograr eximirse de sus responsabilidades comunitarias, pues sería necesaria la aprobación del resto de firmantes y la modificación de la legislación.
A pesar de todos los intentos del Gobierno de modificar las políticas migratorias neerlandesas, se ha encontrado con varios inconvenientes. Además de la dificultad de exonerarse de las obligaciones contraídas con la Unión Europea, también está en peligro la aprobación de sus nuevas leyes de asilo. El Consejo de Estado del país ha cuestionado la efectividad de los proyectos presentados para reducir la llegada de solicitantes de asilo. Este órgano es el encargado de supervisar toda legislación antes de ser aprobada en el Parlamento y ha aconsejado al ejecutivo la revisión de las leyes propuestas. Sin embargo, Schoof ha ignorado al Consejo de Estado y pretende derivar las piezas legislativas a la cámara de representantes para someterlas a votación.
El partido de coalición más escéptico con estas normas anti migratorias es Nuevo Contrato Social, que ha mantenido un duro debate con sus socios de Gobierno para llegar a un acuerdo. Ahora han alcanzado un consenso entre los cuatro partidos, aunque la alianza conformada es inestable. Esta unión ya se resquebrajó en noviembre, cuando la ministra de finanzas de NSC, Nora Achahbar dimitió por presuntos comentarios racistas de otros ministros. Esto ocurrió durante la crisis política desencadenada tras los enfrentamientos violentos entre aficionados de un equipo de futbol israelí e hinchas del Ajax en las calles de Ámsterdam. Otros ministros del mismo partido que Achahbar también amenazaron con presentar su dimisión, aunque finalmente la coalición se ha mantenido en pie.
Será necesario mantenerse atentos para comprobar si el Gobierno logra aprobar su nueva legislación y aplicar más políticas anti migratorias. Lo que es evidente es que la coyuntura internacional es favorable a la consecución de sus objetivos políticos en materia migratoria y la consolidación de su posición en la Unión Europea. La extrema derecha está en auge en Países Bajos, en el bloque europeo y cada vez en más rincones del mundo.
REFERENCIAS
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De Ruiter, E. (2024, 9 diciembre). Países Bajos endurece sus controles fronterizos pese a Schengen. Euronews. https://es.euronews.com/my-europe/2024/12/09/paises-bajos-endurece-sus-controles-fronterizos-pese-a-schengen
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Holligan, A. (2024, 2 julio). Países Bajos: una coalición que incluye a la extrema derecha asume el gobierno tras meses de disputas y 4 candidatos a primer ministro rechazados. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/c25ld7j9nrxo
Jiménez, S. (2024, 16 noviembre). El frágil Gobierno de Países Bajos sobrevive al colapso y a la polémica antisemita: «No hay ni hubo racismo en el gabinete». El Español. https://www.elespanol.com/mundo/europa/20241116/fragil-gobierno-paises-bajos-sobrevive-colapso-polemica-antisemita-no-racismo-gabinete/901659839_0.html
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Sanz, L. (2024, 13 septiembre). El nuevo Gobierno de Países Bajos impulsar «el régimen de asilo más estricto jamás aprobado» ELMUNDO. https://www.elmundo.es/internacional/2024/09/13/66e47a41fc6c83202e8b4587.html