Les traemos el segundo capítulo de nuestro nuevo podcast LA CHINCHETA. Un relato sobre la situación actual de la mujer en Irán. ¡Esperemos que les guste!

Este artículo va ligado al episodio 2 del podcast «LA CHINCHETA» nuestro nuevo podcast de actualidad. Cada domingo se traerán temas de interés internacional en píldoras de 5 minutos. Les traemos el segundo «La situación de la mujer en Irán»

La lucha feminista ha avanzado a lo largo de la historia y, aunque en muchos países se han conseguido logros impensables, hay otros en los que la reivindicación es fundamental. La situación de la mujer en países como Irán está causando grandes revueltas en las calles pero, para entender la magnitud de la situación, es necesario remontarse al siglo pasado.

Irán se encontraba durante la primera mitad del siglo XX bajo el régimen del Sah Pahleví, una época en la que ocurrieron cambios sociales que vinieron tras la Revolución Blanca. Esta revolución pretendía llevar al país a una dirección más occidental de la mano de Estados Unidos, potencia que la impulsó. No obstante, aunque este régimen otorgó distintas libertades a las mujeres, la sociedad no estaba a favor del Sah ni de constituirse Irán como un estado títere de EE.UU. Además, la parte más tradicional de la población no aceptaba este cambio ya que iba en contra de lo establecido hasta ese momento.

La presión en las calles era cada vez mayor y la población estaba organizada para derrocar esa occidentalización. Fue así como el entonces exiliado ayatolá Jomeini fundó una nueva forma de Estado, la “república islámica”, obligando al Sah y a su mujer a abandonar el país e implantando Jomeini este nuevo régimen en 1979. Esta nueva constitución de Estado tenía como base la Sharia, el islamismo radical y la teocracia. Además, se impuso un control estricto sobre todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos, arrasando con las pocas libertades que se habían permitido durante el régimen del Sah. Las leyes, a partir de ese momento, se radicalizaron y las mujeres desde entonces deben pedir permiso a una figura masculina para viajar, realizar gestiones e incluso para tener un puesto laboral. Su posición ha quedado subordinada a la del hombre en todos los aspectos de la vida cotidiana.

Una de las leyes más sonadas en la sociedad internacional es la obligación de cubrir el pelo con el hijab, un pañuelo que tapa el pelo y el cuello dejando al descubierto la cara. Sin embargo, no solo el uso de este hijab es obligatorio, en general, la vestimenta de las mujeres está estrictamente controlada por un cuerpo policial creado en 2006, denominado policía de la moral. Estos agentes persiguen a aquellos ciudadanos que no cumplan los códigos de conducta del Islam en público y, aunque todos los ciudadanos están bajo la presión de estos agentes, las mujeres protagonizan las principales persecuciones por el uso del hijab. Los agentes, de forma violenta, avisan de la conducta errónea y detienen a la persona acusada incluso llegando a torturarla tras la detención. 

La joven Masha Amini, de 22 años, murió bajo custodia policial tras ser arrestada por llevar mal colocado el velo en 2022. Sin embargo, esta no es la única muerte que se conoce tras una actuación de la policía de la moral. La iraní Armita Garavand murió a los 16 años el pasado mes de octubre. Las autoridades, al igual que en la muerte de Amini, indicaron que la muerte fue natural, no obstante, Armita murió tras haber estado en coma por una paliza de este cuerpo al no llevar el velo en el transporte público.

Pese a las declaraciones oficiales de que ambas muertes fueron naturales, las mujeres iraníes han estado saliendo a la calle, manifestándose en contra de esta opresión y reivindicando sus derechos. Su lema “mujer, vida, libertad” abandera la lucha y representa de manera muy clara lo que quieren lograr. Participar en estas manifestaciones puede llevar a la detención, aun así, el compromiso que tienen va más lejos. Estas manifestaciones están causando un gran impacto en la sociedad iraní ya que defienden la libertad de elección. Por ello, participan mujeres con hijab, sin este e incluso hombres que lo que quieren es defender esa libertad. Pese a la gran repercusión que están teniendo, no se aseguran mejoras, lo que ha llevado a la sociedad a reivindicarse de otra forma. El lugar en el que se manifiestan ha pasado de ser una concentración en la calle a estar en actos cotidianos de su vida, es decir, en pequeños cambios diarios como salir de casa sin el hijab puesto. No obstante, las mejoras tardarán en llegar y su situación va a seguir estando marcada por su falta de participación en la vida pública y la opresión continua en su día a día.