ORGANIZACIÓN PARA EL FOMENTO DE LOS ESTUDIOS INTERNACIONALES

La crisis de las pensiones francesas: una reforma sin acuerdo.

Autor: Alberto Ballesteros García. Relaciones Internacionales.

RESUMEN

El envejecimiento de la población traerá consigo numerosos desafíos, entre los que se encuentra la viabilidad de las pensiones públicas. Este es el caso de Francia, cuyo gasto público en esta partida no deja de aumentar, haciendo necesario una reforma del sistema impulsada por Macron, aunque ésta no cuente con el apoyo de la ciudadanía francesa ni del Parlamento.

ABSTRACT

The aging of the population will bring with it numerous challenges, among which is the viability of public pensions. This is the case of France, whose public spending on this item continues to increase, necessitating a reform of the system promoted by Macron, even though it does not have the support of French citizens or Parliament.

Fuente:Istockphoto.com

Francia vive inmersa en una situación de inestabilidad política desde el pasado mes de enero, a causa de la propuesta de reforma del sistema de pensiones francés auspiciada por el gobierno de Élisabeth Borne (Primera Ministra de Francia), o lo que es lo mismo, por Emmanuel Macron. Las manifestaciones y huelgas generales convocadas por la agrupación intersindical se han vuelto cotidianas en la sociedad francesa y, desde las últimas semanas, éstas se han desenvuelto en un clima de violencia callejera. El motivo de este rechazo es el retraso de la edad mínima de jubilación de los 62 años actuales a los 64 propuestos por el gobierno, a lo que se suma la utilización del Artículo 49.3 de la Constitución Francesa que permite aprobar proyectos sin necesidad de una votación en el Parlamento.

La reforma de los sistemas de pensiones siempre es un asunto político de interés general, foco de polémicas y disputas entre los diferentes partidos políticos, y a su vez entre los sindicatos y la patronal. La razón de dicha disputa es que, antes o después, todos gozaremos de este tipo de prestación y cualquier tipo de modificación nos afecta de una manera especialmente directa y visible, ya sea por la cantidad asignada o por la edad mínima para tener derecho a la misma.

Debido al desajuste en la pirámide poblacional de los países más desarrollados, causado por la explosión demográfica o “baby boom” de la posguerra, el aumento de la esperanza de la vida y la súbita bajada de los nacimientos por causas de diversa índole, muchos Estados corren el riesgo de ver sus sistemas públicos de pensiones quebrados a salvo de que se implementen medidas para paliar los causantes de esta crisis.

Este es el caso del Estado francés. Cuya pirámide poblacional está en proceso de invertirse, en la actualidad cuenta con más de 17 millones de jubilados sobre una población de 67 millones. Las pensiones en este país son especialmente generosas, al tiempo que la edad mínima exigida (62 años en la actualidad) es más baja en comparación con los países de su entorno. Coexisten 42 regímenes especiales, en multitud de casos la edad mínima es mucho menor, como es el caso de los ferroviarios de la SNCF[1], ya que estos trabajadores pueden retirarse a partir de los 55 años, o los bailarines de la Ópera de París, que en su caso pueden disfrutar de la jubilación con tan solo 42 años. Este aumento progresivo  supone que los ciudadanos con derecho a una pensión por jubilación hagan uso de la misma cada vez más tiempo, y que el Estado francés utilice mucho más fondos públicos para esta partida.

Actualmente, en el país galo el gasto en pensiones alcanza el 14% del PIB, que supone el doble que la media de los países de la OCDE. Por ello, se hace más que necesario algún tipo de reforma, ya que de mantenerse el sistema intacto, la liquidez, la estabilidad y la propia existencia del sistema peligran. El gran punto de discordia no es tanto el reconocimiento del problema, sino la forma de cómo se puede hacer frente a este desafío. La izquierda y la mayor parte de sindicatos afirman que existe margen de maniobra para poder crear nuevos tributos e impuestos, especialmente dirigido a las grandes empresas y fortunas que coticen en Francia. De la misma forma, afirman que el retraso de la edad mínima de jubilación es intocable para ellos.

Por otro lado, el Gobierno estima que la manera más simple y efectiva de paliar los efectos de la degradación del sistema es el retraso de la edad mínima. El problema se presentó el 24 de abril del año pasado, cuando el partido de Macron (La République en Marche) no mantuvo la mayoría legislativa en las elecciones, haciendo que el proyecto de reforma no fuera tan fácil de aprobarlo. Llegados a este punto, el Gobierno decidió emprender la reforma al comienzo de 2023, sin contar con la mayoría legislativa suficiente ni con el respaldo de la ciudadanía. Las encuestas realizadas por diversos organismos demoscópicos han observado que la reforma cuenta con el rechazo del 80% de la población francesa, hecho que hace entender porque las huelgas y manifestaciones se han vuelto la tónica general en el país galo.

No obstante, la Constitución francesa establecida desde el comienzo de la V República, dota de grandes prerrogativas al ejecutivo y a su gobierno, en defecto del parlamento. De esta forma, a través del Artículo 49.3 del texto en cuestión, Macron y su gobierno han logrado pasar su proyecto. Durante el proceso, el Gobierno se ha tenido que enfrentar a dos mociones de censuras, presentadas no sólo por el rechazo a la reforma sino por una “falta de espíritu democrático” por el método utilizado en el que no ha hecho falta ningún tipo de votación.

Después de 4 meses de protestas y de paros continuos (especialmente respaldados en el sector educativo, de transporte, de recogida de residuos y en el energético), las últimas manifestaciones han derivado en protestas violentas y se corre el riesgo de que se cronifique una situación de guerrilla urbana sin visos de acabarse. Todo ello, se justifica como el último intento para que Emmanuel Macron frené la reforma y mantenga intacta la edad mínima de jubilación en los 62 años. No obstante, lo más seguro es que estos intentos no sirvan para frenar la reforma, sino más bien para radicalizar la vida política francesa, olvidando que a pesar de la impopularidad de la reforma, la misma sigue siendo necesaria para asegurar su futuro.


[1] La Société nationale des chemins de fer français, es la empresa estatal encargada de la red ferroviaria francesa.

12 Abril 2023

ISSN: 2340 – 2482

BIBLIOGRAFÍA

Esteve_Alonso. (2023, 12 abril). El 49.3 de la Constitución francesa: el legado de De Gaulle. Descifrando la Guerra. https://www.descifrandolaguerra.es/el-49-3-de-la-constitucion-francesa-el-legado-de-de-gaulle/

France : les dates clés de la réforme des retraites (Chronologie). (s. f.). https://www.aa.com.tr/fr/monde/france-les-dates-cl%C3%A9s-de-la-r%C3%A9forme-des-retraites-chronologie-/2845899

Le système de retraite actuel –. (2022, 21 junio). Ministère du Travail, du Plein emploi et de l’Insertion. https://travail-emploi.gouv.fr/retraite/le-systeme-de-retraite-actuel/

La crisis de las pensiones francesas: una reforma sin acuerdo de Alberto Ballesteros García está sujeta a una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional .

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