ORGANIZACIÓN PARA EL FOMENTO DE LOS ESTUDIOS INTERNACIONALES

La estrategia de China en África. ¿Cooperación o Neocolonialismo?

Autor: Alejandro Martins Díaz. Estudiante de Relaciones Internacionales.

RESUMEN

A menudo las relaciones entre China y África pasan desapercibidas, pero es de justicia comenzar a tratar las relaciones sino-africanas con la importancia que tienen dentro del nuevo panorama internacional que nos acompañará durante las próximas décadas. Para China, los acuerdos a los que llega con el continente africano son fruto de la amistad más sincera, en contraposición, la opinión de Occidente, que lo considera una nueva forma de colonizar África. ¿Busca realmente China una cooperación basada en la igualdad y la amistad, o por el contrario, busca sentar las bases de un nuevo colonialismo en un continente que recientemente se libró del yugo colonial impuesto por Occidente? ¿Se ha vendido la élite política africana a los beneficios económicos que proporcionan las inversiones chinas olvidando la independencia y prosperidad del pueblo africano? 

ABSTRACT

Often the relationships between China and Africa go unnoticed, but is just fair to start treating the sino-african relationships with the importance they have in the new international prospect that will accompany us during the next few decades. For China, the agreements that they reach with Africa are because of the trustworthy relationship they have, adjacent to western opinion, that considers this agreement African colonization. Is China really looking for cooperation based on equality and friendship? Or is it looking to set up the means for a new colonialism in a continent that just recently got rid of the oppression of colonialism imposed by the West? Has the african elite been sold to the economical benefits that Chinese inversion provides in order to forget the independence and prosperity of the African people?

En los últimos 60 años, las relaciones entre China y África se han intensificado de manera exponencial, para China, África siempre ha sido un socio muy importante, tanto es así, que se crearon cinco principios que serían la piedra angular de la diplomacia entre ambos países. Estos objetivos son muy ambiciosos y, de ser verdad, supondrían un gran beneficio para ambos, sobre todo para África, que no olvidemos, arrastra un expolio masivo por parte de países europeos.

Las relaciones entre ambos han estado muy marcadas por las distintas etapas que han ido sucediendo en el ámbito político chino por lo que su política internacional se ha visto condicionada por estas.

El factor Taiwán es fundamental para entender la política exterior de China. La República Popular de China establecerá en 1949 que uno de sus objetivos básicos de la “Nueva China” era la unidad y la integridad por lo que iniciará un proceso de unificación con territorios como Tíbet, Hong Kong o Macao, pero Taiwán se le resiste. Esta situación provocará una fuerte amenaza para la legitimidad de ambos gobiernos puesto que ambos se erigen como la verdadera China y luchan por que así sea reconocido internacionalmente. Ante esta situación, China ha buscado relegar a Taiwán a un aislamiento internacional con el objetivo de que la República Popular de China sea considerada como el único gobierno legítimo que representa a todo el pueblo chino. Tanto será así que basará su política exterior en la búsqueda de relaciones diplomáticas con otros países obligando a los Estados a que reconocerles como la “China legítima”. Tan férrea y agresiva ha sido la política exterior de la RPC que actualmente Taiwán únicamente cuenta con el reconocimiento de 15 países con poco peso en la sociedad internacional.

Será en la Conferencia de Bandung de 1955 cuando se produzca un gran avance en este sentido puesto que la mayoría de los países africanos, previo desembolso de recursos monetarios, reconocían en bloque a la República Popular de China como el único gobierno legítimo de China. Esto será un gran hito para el liderazgo de Mao Zedong puesto que por primera vez tendrá el apoyo de países ajenos a la esfera socialista.

Mao Zedong defendía de manera ferviente la teoría “Tres mundos” donde el presidente exponía que África y China pertenecían al tercer mundo y que por lo tanto era fundamental cooperar para progresar conjuntamente garantizando en gran medida la Cooperación Sur-Sur.

Con el cambio de milenio los patrones han cambiado y el poder no reside únicamente en países tradicionales como EE. UU o Europa si no que han aparecido otros actores importantes como los BRICS o China, además, la economía ha mantenido un crecimiento constante gracias en gran parte al desarrollo pacífico y a la mejora de las conexiones, esto tiene ventajas pero también inconvenientes, la interdependencia cada vez es más fuerte y las materias primas y recursos son finitos, por ello suelen prestar más atención a soluciones pacíficas para evitar conflictos que pongan en peligro su abastecimiento.

En este contexto, China comenzó a aplicar la estrategia Zouchuqu (ir hacia afuera) con el objetivo de promover la inversión extranjera, esta política buscará fortalecer la inversión extranjera y asegurarse los recursos y materias primas que le permitan mantener un nivel alto de desarrollo y modernización. Mediante la creación del Foro para la Cooperación África-China (FOCAC) se institucionalizará por primera vez las relaciones entre ambos, según China lo que buscan con sus inversiones es dotar al pueblo africano de mejoras fomentando la libertad del pueblo mediante su autosuficiencia. 

Los principales intereses de China en África son los recursos económicos, los recursos minerales y energéticos y los recursos pesqueros y agrícolas. 

En el ámbito económico, ante el crecimiento exponencial de la población africana y la falta de empleo existente, China ha querido aprovechar el potencial del continente africano mediante inversiones en sectores clave como la construcción o los servicios convirtiéndose desde 2009 en el principal socio comercial de África. Es tal el interés, que desde China se promueve una deslocalización de sus empresas hacia África buscando mano de obra y recursos más baratos y accesibles.

Uno de los elementos clave son los préstamos y las facilidades que concede China, según el Banco Mundial los países africanos son los peores para invertir, pese a ello, China ha sabido adaptarse y ofrece préstamos con pocas condiciones aplicando la política win-win puesto que no exige reformas de ningún tipo. Se estima que la inversión total acumulada ronda los 911 millones de dólares, es lógico pensar que China quiere un continente desarrollado para posteriormente tener la seguridad de poder beneficiarse de dicho crecimiento.

Todo parece apuntar a que la política win-win es todo un éxito, pero en realidad este éxito es más para el gigante asiático que para el pueblo africano puesto que estas inversiones están generando grandes problemas debido a que los productos chinos suelen ser más fiables y baratos provocando una profunda crisis en el mercado minoritario y local africano.

Pese a que las condiciones de los préstamos concedidos por China son ventajosas muchos países africanos están teniendo la dificultad para devolver tanto dinero, se estima que la deuda actual ronda los 100.000 millones por lo que los países africanos podrían quedar comprometidos de por vida o bien tendrían que ceder infraestructuras claves que previamente han sido construidas con esos préstamos. ¿Es sabedor China de que África tendrá muy difícil devolver esos préstamos y por eso inició un proceso de neocolonización encubierto?

Existen precedentes de ello cuando Sri Lanka tuvo que entregar durante 99 años el uso de uno de los puertos más estratégicos ante la imposibilidad de devolver el dinero de los créditos del gigante asiático, en África ya se plantea esta opción en países como Kenia que prácticamente su puerto más importante acabará siendo de propiedad china. Esto nos lleva a la conclusión de que por supuesto, a China le interesa conceder esos préstamos tan ventajosos para construir infraestructuras que garanticen la obtención (minas…), el acceso (carreteras) y transporte (puertos y aeropuertos) de las materias primas que tanto necesitan como el petróleo, la madera o el acero. China está construyendo una nueva Ruta de la Seda y África juega en ella un papel fundamental.

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La presencia de China es muy importante en muchos territorios, pero debido a la riqueza energética y minera unos países interesan más que otros y esto ha generado problemas en algunos países como Sudán donde junto con Nigeria es el país donde China invierte con más fuerza. Sudán es el nexo entre las repúblicas árabes del norte y la “África negra” del sur. La participación de China en este país fue muy controvertida puesto que para mantener esa inversión en el país fueron “cómplices” del dictador sudanés Al-Bashir y de los millones de asesinatos que se produjeron como consecuencia de la crisis de Darfur ocasionada por el dictador. Utilizo el término cómplice para referirme al gigante asiático puesto que pese a que era conocedor de las atrocidades del régimen de Al-Bashir y pese a ello no intervino en la situación, les era más rentable defender la no injerencia en los asuntos internos con tal de consolidarse como la única potencia con capacidad de negocio dentro de la región pese a que incluso organismos internacionales como la Corte Penal de la Haya hayan solicitado la detención de Al-Bashir por crímenes de guerra. China lo único que quiere es asegurar las relaciones que garanticen el abastecimiento de recursos aunque eso suponga en ocasiones apoyar regímenes antidemocráticos como es el caso, incluso durante el conflicto de Darfur proveyeron al régimen sudanés de armas que se utilizaron en Darfur, la presencia de China en Sudán es el claro ejemplo de cómo el gobierno chino se aprovecha de gobiernos “débiles” y corruptos para obtener rédito.

Otro caso singular es el de Zimbabue, es otro claro ejemplo de cómo la RPC mantiene relaciones con regímenes antidemocráticos, Zimbabue ha estado gobernado por Robert Mugabe hasta 2017, fue un dictador el cuál perpetuó su poder militar por más de 30 años llegando a ser el dictador más longevo del mundo. El gigante asiático ha sido siempre el principal valedor de Mugabe llegando este incluso a declararse marxista-leninista.

Mugabe realizó numerosas reformas radicales en el país como la expulsión de agricultores blancos o eliminar las leyes de propiedad provocando numerosas sanciones a partir del 2002 por parte de las potencias occidentales tras ser conocedoras de que Robert Mugabe manipulaba las elecciones. Esto provocó un gran bloqueo internacional provocando que el régimen se encontrase en una situación agónica con cerca del 75% de la población en paro y una inflación cercana al 14.000%, ante esta situación, de nuevo, un país africano en bancarrota busca ayuda exterior y la encuentra en el gigante asiático, el cual estaba encantado de invertir en el país y hacerse con gran parte de las acciones de empresas de Zimbabue.

En Zimbabue el sector armamentístico es muy importante y es una de las principales exportaciones que realiza China, se estima que las inversiones en el país africano alcanzan los 400 millones de dólares. La política de Zimbabue es la de “mirar al este” en un intento de unir para siempre lazos con los países asiáticos atrayendo inversiones a la zona. En los últimos años, la influencia china ha sido tan importante que Mugabe llegó a crear un ministerio para asuntos chinos, en la escuela es obligatorio el estudio del chino mandarín o incluso policía para asistir a los ciudadanos del país asiático. Actualmente pese a que Mugabe fue derrocado en 2017 las relaciones entre ambos países se han mantenido sólidas.

Para saber si la política que aplica China en África es neocolonialismo o cooperación debemos saber que el neocolonialismo es definido como “predominio e influencia económica, cultural y política sobre los países descolonizados o subdesarrollados en general por parte de antiguas potencias coloniales o países desarrollados”.

Es decir, para considerar una política como neocolonialista no es necesaria una acción militar, basta con que exista una tendencia a buscar el predominio y la influencia económica, política o cultural. Si atendemos a la definición, las acciones que promueve China en el continente africano en un marco de cooperación y desarrollo podrían ser tildadas de neocolonialismo puesto que lo que busca China con tanta inversión es generar una situación de dependencia económica.

Las opiniones sobre si lo es o no lo es varían mucho si preguntas a fuentes occidentales o a fuentes del propio país asiático, para personalidades como Hillary Clinton, David Cameron o Lamido Sanusi (Director del Banco Central de Nigeria), la política que inició China en África es claramente neocolonialista.

Si algo está claro es que Occidente teme que China cada vez tenga más influencia política y económica sobre África, en cierto modo, porque tienen miedo de que China consiga llevar a cabo una política que ellos en su momento no fueron capaces de controlar. Por otro lado, encontramos la opinión del pueblo africano, no es casualidad de Sudáfrica, el país más occidental política y económicamente hablando, esté en contra puesto que China es su máximo competidor en el continente.

El continuo desembolso de créditos con buenas condiciones ha acabado provocando un desajuste económico importante en los países africanos, eso, sumado a la gran opacidad existente puede llevar a la conclusión de que lo que está llevando a cabo China en África es neocolonialismo, sin embargo, este neocolonialismo es diferente al de las potencias occidentales ya que se lleva a cabo de una manera más “consensuada” por ambas partes y de una forma menos paternalista. Entrecomillo la palabra consensuada puesto que realmente no existe consenso, para que hubiera tal sería fundamental, a mi parecer, que existiera también un compromiso y una aprobación por parte de la sociedad africana, pero no lo entiendo así, creo que ese consenso únicamente procede de las élites políticas africanas, corruptas en la mayoría de los casos, las cuales prefieren ceder cierto grado de soberanía a cambio de beneficios económicos para ellos, no para el pueblo de África.

27 de enero de 2021

ISSN 2340 – 2480

Palabras clave: China, África, neocolonialismo, cooperación, internacional, economía, inversión.

Key words: China, Africa, neocolonialism, cooperation, international, economy, investment.

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