ORGANIZACIÓN PARA EL FOMENTO DE LOS ESTUDIOS INTERNACIONALES

La COP27 y los grandes retos de la transición ecológica

Autora: Laura Moreno Rincón.

RESUMEN

El cambio climático es uno de los mayores desafíos internacionales que amenaza cada vez más a nuestro planeta y cuyos efectos y consecuencias cada vez son más visibles y más tangibles. Por este motivo, cada año se celebra la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, un espacio donde líderes mundiales de la CMNUCC (Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático), se reúnen para discutir y plantear nuevas medidas o estrategias para amortiguar dicha alteración de la naturaleza provocada especialmente por el excesivo uso de recursos y la contaminación.

ABSTRACT

Climate change is one of the greatest international challenges that increasingly threatens our planet and whose effects and consequences are increasingly visible and tangible. For this reason, every year the United Nations Climate Change Conference is held, a space where world leaders of the UNFCCC (United Nations Framework Convention on Climate Change) They meet to discuss and propose new measures or strategies to cushion this alteration of nature caused especially by excessive use of resources and pollution.

             

Fuente: pexels.com

La Convención establece un objetivo último: lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera con el fin de impedir interferencias antropogénicas (causadas por el ser humano) peligrosas en el sistema climático.

La economía y el cambio climático

No obstante, el medio ambiente y el sistema económico global están estrechamente vinculados, y modificar uno de los dos, impacta en el otro inevitablemente.

Por un lado, desde hace ya varios años, se lucha por la transición verde, es decir, el incorporar técnicas de producción o industrias que contaminen menos o que su impacto en el medio amiente sea menor. Si echamos un vistazo, el Índice de Desempeño Ambiental (EPI) de la Universidad de Yale indica que Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Finlandia, Suiza, Francia, Costa Rica, Islandia, Noruega e Irlanda, en ese orden, son los países más ecológicos y verdes del mundo actualmente. Mientras que, por otro lado, Bangladesh, Chad, Pakistán, Tayikistán, India, Omán, Kirguistán, Bahréin, Iraq, Nepal, son los más contaminados. La diferencia entre ambos en el ránking está clara y es más que evidente que sean dos los motivos: primeramente, una falta de poder adquisitivo para poder adoptar mecanismos industriales más limpios por parte de los países más contaminados, y segundo, un fuerte desinterés por las grandes multinacionales, ya que precisamente invertir en dicha transición verde es sinónimo de un proporcional incremento de los costes de producción, dando lugar como resultado final a un encarecimiento de los precios hacia los consumidores. Es totalmente incompatible una economía ecológica con precios

ajustados. Ser más limpio es al final más caro, por eso hoy en día, la lucha con el cambio climático es una especie de tira y afloja entre gobiernos, organizaciones internacionales, activistas y lobbies y las propias grandes empresas e industrias quienes son las que verdaderamente tiene que hacer los esfuerzos necesarios para contaminar menos y evidentemente no están dispuestas sin ayudas o subsidios económicos.

Los países más contaminantes, es decir, aquellos que más CO2 o gases de efecto invernadero producen son casualmente las mayores potencias mundiales: China, Estados Unidos, Rusia, India e Irán. Estados Unidos es el mayor productor de combustibles fósiles del mundo, produciendo poco menos del 20%, seguido por Rusia e Irán. El siguiente en la lista es Canadá, que produce poco menos del 5% de todos los combustibles fósiles, los cuales son altamente contaminantes, ya que cuando se queman, liberan óxidos de nitrógeno a la atmósfera, lo que contribuye a la formación de smog y lluvia ácida.[1]

El lado oscuro de la COP27

Consecuentemente, la COP27 ya ha fracasado a primera vista debido a que China, India y Rusia, los tres grandes emisores de CO2, han dado la espalda a la Cumbre. Su ausencia es un signo de que poco se va a poder conseguir si precisamente los países más contaminantes no colaboran en crear un sistema más limpio. China suspendió en agosto las negociaciones bilaterales sobre el cambio climático con Estados Unidos, a modo de represalia por la visita de Nancy Pelosi a Taiwán. Rusia sigue ocupada con la guerra en Ucrania e India evita enfrentarse a críticas por sus altos niveles de emisión de CO2 a la atmósfera.

Además, la cantidad de lobbies y delegados que responden a los intereses de compañías petroleras o gasíferas ha aumentado su presencia en un 25% según la BBC en la COP27. Un dato más que desnuda la hipocresía capitalista frente a la crisis climática. Los datos muestran que este año hay más cabilderos de combustibles fósiles que delegados totales de los diez países más afectados por el cambio climático, incluidos Pakistán, Bangladesh y Mozambique.

Una vez más, esto se debe a que sencillamente gran parte de los países en vías de desarrollo no pueden permitirse el cambio climático porque dependen esencialmente de combustibles fósiles, mientras que el resto sirven como núcleos de producción donde multinacionales plantan sus fábricas con el fin de abaratar costes de mano de obra y sobre todo de producción, ya que, en muchos de estos países, el límite de contaminación es mucho más holgado en el Occidente.

Tampoco es casualidad que el mayor vertedero tecnológico del mundo se encuentre en Ghana.


Conclusión

Para terminar, vale la pena recordar que hace aproximadamente medio siglo, el aumento de los precios de la energía devastó las economías occidentales, lo que ayudó a que los autócratas de Oriente Medio se enriquecieran increíblemente mientras apuntalaba el imperio soviético que se desintegraba lentamente.

Hoy, el mundo vuelve a tambalearse por el aumento de los precios de la energía; pero esta vez la herida es autoinfligida, producto de políticas equivocadas destinadas a acelerar la transición a la energía verde.

El nuevo régimen de energía costosa, a menudo intermitente, también amenaza con hacer permanente la pobreza del mundo en desarrollo, que ya sufre por la falta de energía barata y confiable. Los combustibles fósiles que ahora están en el punto de mira de los políticos y firmas financieras occidentales como Blackrock son críticos para la industrialización, y es poco probable que puedan ser reemplazados solo por energía eólica y solar: los combustibles fósiles aún representan el 81% de todos los suministros de energía, e incluso si todos los países cumplen con sus promesas climáticas, seguirán representando aproximadamente las tres cuartas partes en 2040.[2]

Es vital que exista un equilibrio entre la transición y la economía, pero hasta el momento parece que las políticas adoptadas reman en direcciones opuestas al sistema económico o bien el sistema económico no encaja con las políticas verdes. No podemos crear un planeta verde y limpio barato colmado de mendigos, ni un mundo barato donde no se pueda ni respirar.


[1] PERERA, FREDERICA, Pollution from Fossil-Fuel Combustion is the Leading Environmental Threat to Global Pediatric Health and Equity: Solutions Exist. International Journal of Environmental Research and Public Health. 2017, 15. 16. 10.3390/ijerph15010016 https://www.researchgate.net/publication/322067314_Pollution_from_Fossil-Fuel_Combustion_is_the_Leading_Environmental_Threat_to_Global_Pediatric_Health_and_Equity_Solutions_Exist Último acceso: 13/11/2022

[2] JOEL KOTKIN and HÜGO KRÜGER Green hypocrisy hurts the poorest, Unherd, February 14, 2022 https://unherd.com/2022/02/green-hypocrisy-hurts-the-poorest/ Último acceso: 13/11/2022

16 Octubre 2022
ISSN: 2340 – 2482

BIBLIOGRAFIA

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