ORGANIZACIÓN PARA EL FOMENTO DE LOS ESTUDIOS INTERNACIONALES

Conflicto en Tigray, Etiopía

Autora: Shivani López Wadke. Estudiante de Relaciones Internacionales.

RESUMEN

En apenas unos meses Etiopía se ha visto envuelta en otro conflicto que podría considerarse una guerra civil aún por estallar, alentada por tensiones étnicas y políticas, principalmente. La ansiada transición hacia la democracia no parece concluir, y el actual conflicto pone en peligro el progreso realizado no solo en Etiopía, sino en toda la región del Cuerno de África.

ABSTRACT

In just a few months Ethiopia has been embroiled in yet another conflict that could be considered a civil war yet to erupt, fueled mainly by ethnic and political tensions. The long-awaited transition to democracy does not seem to be complete, and the current conflict threatens the progress made not only in Ethiopia, but in the entire Horn of Africa region.

La región del Cuerno de África se ha visto recientemente inmersa en un nuevo conflicto que podría desestabilizar aún más la región. Se trata del conflicto interno en Etiopía entre el Gobierno liderado por Abiy Ahmed, y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT). El conflicto se centra en la región de Tigray, al norte del país, aunque está afectando nacional y regionalmente dejando un gran número de desplazados y refugiados que huyen a los países vecinos, además de una inminente crisis humanitaria con consecuencias muy graves, todo ello en medio de una pandemia mundial. Tras los recientes ataques armados, varias fuentes declaran el comienzo de una guerra civil en Etiopía.

Las partes involucradas en el conflicto son el Gobierno en funciones de Etiopía y el FLPT. Por un lado, el Gobierno en funciones se encuentra en mandato prolongado por la necesidad de posponer las elecciones debido a la pandemia. El Primer Ministro Abiy Ahmed fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz tras alcanzar un acuerdo de paz con Eritrea, y es considerado un joven “líder reformista” elegido como nuevo Primer Ministro del país que ha marcado un gran cambio en la política y la gobernanza del país. Además, su llegada al poder calmó las revueltas populares en la región de Oromía debido a su origen oromo. Estas revueltas acabaron con 167 personas asesinadas en julio de este año, aunque Amnistía Internacional afirma que el Ejército Liberador Oromo (ELO) mató a 54 personas de etnia amhara. Por otro lado, encontramos el FLPT liderado por el presidente regional de Tigray Debretsion Gebremichael. El FLPT había dominado la política del país durante 30 años, desde la caída del dictador Mengistu Haile Mariam en 1991, en la cual dicho partido jugó un papel clave. El FLPT se negó a formar parte de la nueva alianza de gobierno y rechazó las negociaciones de paz entre Etiopia y Eritrea. Desde el mes de septiembre, el FLPT considera ilegítimo el gobierno de Abiy Ahmed debido a que su mandato debía haber expirado, amenazando con independizarse citando un artículo de la Constitución federal que permite «el derecho incondicional a la autodeterminación, incluyendo la secesión».

El conflicto actual ha escalado desde septiembre de 2020, y su origen radica en la sublevación del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT) en la región de Tigray con la celebración de unas elecciones regionales que debían ser pospuestas por la pandemia. Las primeras acciones que aumentaron la tensión fueron la acusación de funcionarios de antiguos gobiernos de corrupción y abuso de derechos humanos, además de la expulsión de políticos del FLPT del gobierno central, disolviendo la coalición multiétnica que había gobernado el país hasta entonces, creando un nuevo Partido de la Prosperidad.

Bandera oficial de Etiopía

Unos meses después, en noviembre de 2020, estalló el conflicto armado cuando, tras un supuesto ataque de una base militar federal en Mekele por parte de milicianos del FLPT, el Gobierno ordenó una ofensiva contra la región de Tigray. El 4 de noviembre se produjeron enfrentamientos en la región norte de Tigray entre las tropas del gobierno y las del FLPT, tras los cuales el Consejo Federal declaró el estado de emergencia con una duración de 6 meses en dicho territorio. Además, el gobierno impuso un confinamiento forzoso en la región acompañado del corte de Internet, teléfono y red móvil, dejando la región incomunicada hasta la actualidad.

El 6 de noviembre, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, llamó a las autoridades a restablecer los servicios de comunicación ya que “el derecho a la información y el acceso a la misma es particularmente vital en una situación de crisis» (ONU, 2020). Unos días antes, un grupo de personas armadas agredió a miembros de la etnia amhara en la zona de Wollega, en la región de Oromía, causando la muerte de 32 personas, según fuentes gubernamentales. De igual manera, en la semana siguiente llegaron noticias de asesinatos masivos en el poblado de Mai-Kadra, en Tigray, Etiopía. Estos ataques se han visto apoyados en discursos de odio por motivos étnicos y religiosos, incitando a la violencia.

Los enfrentamientos armados han aumentado, al igual que los ataques aéreos por parte de las fuerzas gubernamentales. El Gobierno no ha accedido a buscar una solución negociada ya que tacha a los líderes de la otra parte de “criminales” y “terroristas”. En este sentido, la Alta Comisionada Bachelet ha expresado su preocupación por un posible peligro de genocidio, y afirma que, si se confirman algunos de los hechos que se relatan, podrían tratarse de crímenes de guerra, o incluso crímenes de lesa humanidad. Además, también expresó su temor de que el discurso agresivo que empleaban ambas partes pusiese en riesgo la vida de los civiles, violando el derecho internacional humanitario y sugiriendo “posibles violaciones de los principios básicos de distinción, proporcionalidad y precaución” (ONU, 2020).

Por su parte, el FLPT acusa a Abiy Ahmed de querer centralizar el poder para convertirse en un nuevo dictador y mantener los privilegios del antiguo régimen. Además, también acusan al dirigente de querer reprimir a la región entera señalando a la destitución de funcionarios originarios de Tigray, así como el arresto de ciudadanos de esta etnia.

Este conflicto está causando estragos de extrema gravedad en la población, empeorando la ya existente crisis humanitaria. Según ACNUR -a fecha de diciembre de 2020- más de 96.000 eritreos estaban en situación de refugiados en Etiopía además de 100.000 desplazados internos, mientras que los propios etíopes huyen del conflicto a Sudán, llegando a recibir 4000 refugiados en un solo día y sumando más de 10.000, que son acogidos en los campamentos de Ludgi en Gederef y Hamdayet en el estado de Kassala.

Condiciones de vida, en plena pobreza, de niños etíopes.

Además de la pobreza y la desigualdad de la región, la agricultura de la región se ve afectada por la plaga de langostas del desierto y las constantes sequías, sumado a la actual pandemia de COVID-19, lo que hace quebrar aún más la frágil seguridad alimentaria de la región. De igual manera, la suspensión de apoyo por parte del Gobierno y la congelación del presupuesto para Tigray agrava la situación, sobre todo para los menores y las mujeres. En Etiopía conviven unas 80 diferentes etnias, y los conflictos de corte nacionalista han aumentado desde la caída de la dictadura de 1991. A parte de la situación en Tigray, también se han registrado movimientos y revueltas en el sur del país donde diversas etnias exigen su propio gobierno autónomo. A pesar de que el país se constituye como un Estado federal reconociendo a sus diversas entidades autónomas el derecho a la secesión, no existe un consenso respecto a la distribución de poderes entre los diversos niveles administrativos.

Con todo, el actual conflicto es un peligro para la ya frágil estabilidad de la región. El país etíope ha firmado recientemente la paz con el país vecino de Eritrea, tras 20 años del fin de la guerra. A su vez, los países vecinos de Sudán y Sudán del Sur también están experimentando una transición volátil, y Somalia lleva años sufriendo continuas crisis de refugiados y la insurgencia del grupo yihadista Al Sahabab. Una eventual guerra en Etiopía causaría un gran movimiento de refugiados a países vecinos, lo que desestabilizaría dichos países. Así mismo, el conflicto se podría internacionalizar, lo que tendría consecuencias desastrosas.

Tras el bombardeo del aeropuerto de Asmara, capital de Eritrea, el pasado noviembre por parte del FLPT, la Unión Africana (UA) ha hecho un llamamiento a las partes del conflicto para un cese del fuego en la región, urgiendo una solución pacífica. La UA ha declarado que “el Presidente (Moussa Faki Mahamat) pide un cese inmediato de las hostilidades y llama a las partes a respetar los derechos humanos y asegurar la protección de los civiles” (Dujarric, 2020). De igual manera, la Alta Comisionada Bachelet ha realizado varios llamamientos a una negociación pacífica entre las partes denunciando la situación humanitaria de la región: «En la última semana, hemos visto un alarmante estallido de violencia en la región de Oromía, así como en la de Tigray. Insto a todas las partes a detener la violencia, para evitar más pérdidas de vidas, desplazamientos masivos y una mayor desestabilización” (ONU, 2020)

En definitiva, tal y como expresa la Alta Comisionada, la prolongación del conflicto no solo causa daños devastadores a la población, su no que podría revertir años de progreso para el desarrollo, traspasando las fronteras y desestabilizando potencialmente toda la subregión. Es por ello por lo que urge la necesidad de que este conflicto no se prolongue y se llegue a una solución acordada pacíficamente, por el bien de la población civil y la estabilidad de la región.

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24 de marzo de 2021

ISSN 2340 – 2482

BIBLIOGRAFÍA

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Dujarric, S. (20 de noviembre de 2020). Statement attributable to the Spokesperson for the Secretary-General – on Ethiopia . Obtenido de Secretaría General de las Naciones Unidas: https://www.un.org/sg/en/content/sg/statement/2020-11-20/statement-attributable-the-spokesperson-for-the-secretary-general-ethiopia%C2%A0

ONU. (21 de noviembre de 2020). Appointment of AU envoys for Ethiopia’s Tigray crisis an ‘initiative for peace’: UN chief. Obtenido de UN News: https://news.un.org/en/story/2020/11/1078272

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ONU. (06 de noviembre de 2020). Etiopía: Bachelet llama a detener la violencia en la región de Tigray. Obtenido de Noticias ONU: https://news.un.org/es/story/2020/11/1483702

Organización de las Naciones Unidas. (30 de enero de 2020). Kenya, Etiopía y Somalia sufren la peor plaga de langostas del desierto desde hace décadas. Obtenido de Noticias ONU: https://news.un.org/es/story/2020/01/1468772

Rodríguez Pecino , B. (17 de noviembre de 2020). ¿Guerra en Etiopía? Siete claves del conflicto en Tigray. Obtenido de Ayuda en Acción: https://ayudaenaccion.org/ong/proyectos/africa/etiopia-conflicto-tigray/


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